Mala hierba nunca muere, y según qué tipo de “maleza”, incluso puede crecer frondosa si se aplica energía eléctrica a falta de luz solar y cianuro de hidrógeno en vez de oxígeno. De esta realidad dan fe las cárceles de cine, ilustres invernaderos de hierbajos.
Las leyendas negras sobre prisiones encantadas o ejecuciones malditas se remontan varios siglos atrás, véase la Antigua Galería de Justicia en Nottingham, pero no hace falta retroceder tanto para encontrar casos espeluznantes. Alcatraz alimenta rumores sobre una “criatura con ojos brillantes” en la celda 14D, anomalías con aparatos eléctricos y fantasmas en los recuentos de presos. La prisión de la Isla de Coiba es un coladero de voces y apariciones fantasmales. Y son famosos los gritos, disparos y llantos captados por psicofonías en el Fuerte de San Cristóbal a raíz de sus fusilamientos. La lista de rumores espeluznantes es interminable.
Los autores de ficción, como no podía ser de otro modo, acogieron este suculento caldo de cultivo y lo potenciaron en historias de horror que llegaron a conformar su propio subgénero: el terror carcelario. Encontramos interesantes ejemplos en literatura (The Prison de Patrick R. Gates, En persona de Clive Barker), cómics (Arkham Asylum de Grant Morrison, Welcome to Hoxford de Ben Templesmith) y videojuegos (The Suffering, Dementium), pero sobre todo en cine.
Curiosamente, la mayoría de estas explotaciones cinematográficas fueron rodadas a finales de los 80, entre 1987 y 1989, como respuesta al cambio político que se respiraba en Estados Unidos en lo tocante a la pena capital (y sí, también por moda). Algunos ejemplos son Maniac Cop (1988), La casa de la muerte (1987), Terror en Alcatraz (1988) o Ghosts… of the civil dead (1988), aunque fueron más las que dentro del encasillamiento escenográfico quisieron abundar en la extravagancia y encasillarse también en un mismo storyline: relatos de condenados a muerte que vuelven del Más Allá con poderes sobrenaturales y sed de venganza.
A modo testimonial, este vídeo recoge todas esas películas.