Va a ser un artículo breve que continuaré cuando las cosas se resuelvan, pero creo que es importante porque hay algo que la mayoría de los trabajadores en España desconoce: Estás protegido ante el despido una vez que inicias una reclamación en la empresa, sea cual sea la vía (si es verbal, graba la conversación). Esto se conoce como derecho a la indemnidad, y es algo tan serio que no lo regula el estatuto de los trabajadores, si no que lo hace la constitución española a través del derecho a una tutela judicial efectiva (www.conceptosjuridicos.com/tutela-judicial-efectiva/).
Pues bien, hace poco, en un comentario en menéame, dije que había puesto dos denuncias a Inspección y enviado un burofax a mi jefe por una serie de cuestiones que vulneraban mis derechos (www.meneame.net/story/aqui-tienen-ilegales-peligrosos-almeria-miren-co ). Un mes después del burofax, ,me envió un par de correos electrónicos pidiendo hablar por teléfono fuera de horario y le dije educadamente que no, que no quería usar mi teléfono personal para llamadas de trabajo. Insistió proponiéndome una llamada a través Teams, a lo que le dije que tampoco quería utilizar mi ordenador personal para temas de trabajo, que podía enviarme cualquier comunicación a el correo electrónico por el que nos estábamos comunicando. Tras esto, no dijo nada más al respecto y me envió mi llamamiento para el X de Agosto (soy fijo-discontinuo). Os preguntaréis que por qué hago esto: Pues primero, porque es mi derecho, no tengo por qué usar mi teléfono personal para nada relacionado con el trabajo y segundo, porque está acostumbrado a hacer llamadas para decir cosas que no quiere que queden por escrito y para intentar manipular a la otra persona.
Tras esto, pasaron los días y llegó el día X de Agosto. Así que fui a mi puesto de trabajo en mi horario habitual. Mi jefe es de otra ciudad bastante lejana y nunca aparece por el centro de trabajo, pero ese día lo hizo. Me dio la mano nervioso y me dijo que había venido a entregarme la carta de despido. Carta de despido disciplinario, donde alega trasngresión de la mala fe contractual y disminución voluntaria y continuada del rendimiento del trabajo normal. Puse mi móvil a grabar y le pregunté los motivos del despido, a lo que respondió con una serie de mentiras fácilmente desmontables con pruebas por mi parte.
Así que ahora estoy con el sindicato, con mis llamadas grabadas y mis comunicaciones registradas, preparando la papeleta de conciliación y la posterior demanda judicial porque entiendo que no va a haber acuerdo. Si todo va bien, el despido será declarado nulo, me reiniciarán el paro, me reincorporaré a mi puesto de trabajo y me pagarán todos los meses que no he trabajado, además de tener derecho a una indemnización por haber visto violados mis derechos fundamentales.
En un futuro haré otro artículo explicando cómo evoluciona la cosa. Mientras tanto, no dejéis que pisen vuestros derechos. Cuantos más seamos los que hacemos este tipo de cosas, menos empresarios de mierda habrá en nuestro maltratado país.