Diez razones para ir al cine

En una época en la que los televisores de muchas pulgadas son accesibles y los proyectores están a la orden del día, es normal preguntarse porqué ir al cine. Cualquiera en su casa, a un precio no muy elevado, puede preparar su pequeña sala de proyección con una pantalla de grandes dimensiones y un buen sonido. Si a eso le sumamos que el consumo de películas en dispositivos móviles va en aumento, y que los precios de los multicines son prohibitivos pues con más razón hacerse esta pregunta. Aquí van diez posibles razones.

1. Ir al cine te obliga hacer un desplazamiento, salir de tu rutina e ir a un sitio con la expectación de pasar un buen rato en compañía. Te tienes que preparar sin saber muy bien cómo será la experiencia, si valdrá la pena y con la posibilidad de continuar en la calle, comentando o quejándote de la película mientras caminas o tomas algo. Puede que incluso ese día no tengas ganas de ir pero ya estarás comprometido o estés dando gracias para que llegara ese esperado momento.

2. Una vez que llegas al cine te encuentras envuelto en un ambiente especial donde la presencia de carteles y anuncios promocionales hacen que te metas en el mundillo cinematográfico con facilidad, mientras observas gente con ganas de pasar un buen rato. Todo eso sumado a otros detalles que hacen del cine un lugar único que consiguen lograr un buen preámbulo para ver una película.

3. Entrar en la sala de cine, aunque suene a tópico, es casi como un ritual. Después de hacer o no la correspondiente cola y pasar tu entrada, entras por un pasillo oscuro en la que aparece una pantalla gigante en una sala enorme en la que tienes que buscar, o elegir tu sitio, y prepararte para estar sentado un buen rato, condicionado por no querer perderte ningún detalle y comentando si te apetece, hasta el aburrimiento incluso, los trailers de las próximas películas.

4. Una vez que comienza la película ya sabes que no tienes que hacer nada más, solo dejarte llevar. Cualquier plano, cualquier ruido sea molesto o no y cualquier comentario tienen una personalidad diferente, otro toque, que cuando estás en casa. Puede que entre alguien en el último momento o que alguien haga o diga algo inoportuno, pero no será lo mismo que si pasara lo mismo en casa.

5. Si la sala es lo suficientemente buena estarás viendo una obra de arte tal como su autor deseó que la vieras, en unas condiciones ideales en la que te verás casi con la obligación de no despegar tu mirada de la pantalla, mientras plano a plano, sonido a sonido, dialogo a dialogo te llegarán de una forma diferente que puede que logren que te encuentres totalmente absorto en la experiencia, sin la tentación de hacer otra cosa, a menos que no puedas aguantar para ir al baño o algo así.

6. Unido al anterior punto, es increíble, pero lo más seguro es que estés cerca de dos horas sin consultar el móvil y sin estar pensando en otras cosas como suele pasar en nuestra época actual, donde estás en un sitio haciendo algo o con otras personas pero con la cabeza puesta en otro lugar o hablando con otros, gracias o por culpa de las redes y la mensajería instantánea.

7. Ver una película rodeado de desconocidos, y sobre todo sin son muchos, puede tener su aliciente. Es verdad que los peligros de escuchar sonidos, voces o ruidos innecesarios o molestos aumenta proporcionalmente, pero reírte mientras escuchas las carcajadas de los demás en una comedia o asustarte con los gritos de otra gente, más que con una escena de una película de terror, es algo totalmente estimulante. Y al revés, ver una película solo con tu pareja puede ser algo único.

8. Mientras va avanzando la película puede que te esté encantando y estés totalmente absorto en ella sin pensar en nada más hasta que termine, o bien te esté gustando y aprecies mejor los diferentes ritmos de la película, si la banda sonora acompaña bien, etc. o puede que estés mirando la hora a la vez que piensas si realmente valió la pena ver la película. Por último a lo mejor estás esperando desesperadamente a que termine cuanto antes para no irte solo, por respeto con los que fuiste, que puede que incluso tengan una percepción diferente a la tuya. Si fuiste solo ya tienes la libertad total de marcharte o no.

9. Al estar en un lugar público lo normal es que te veas obligado a tener una conducta más seria y prestar más atención a la película, sin caer en otras distracciones o tentaciones que serían totalmente reprochables o incomodas para el resto de personas que ven la película contigo, a menos que estés en tu casa, aunque es verdad que eso mucha gente no lo entiende o no lo quiere llegar entender, incluso presumiendo de ello.

10. Y por último en el cine es la película la que manda, no podrás pararla, darle para atrás o hacia adelante, que vaya más rápida, etc. Te verás atrapado para bien o para mal en el ritmo propio que el director haya decidido para la película que te hará desear que continúe lo máximo posible o todo lo contrario. El director o los productores se han hecho “dueño” de ti y solo te quedará la opción de disfrutar de la interpretación de los actores, de la fotografía, de la música, de la historia o de todo o de nada a la vez.

Y puede que haya muchas otras razones para ver una peli en el cine y que para cada punto aquí expuesto haya su contramedida para ver una película en casa. Es más, mientras iba escribiendo estaba pensando las ventajas de ver una película por cuenta propia e incluso escribirlo aquí, pero eso lo dejo para otro artículo o si queréis comentarlo aquí desde ya. Si es por el precio ya lo sabemos todos, yo soy el primero que muchas veces busca la oferta de la oferta, comprando por internet los días especiales o cosas así.