Geoingeniería: una extraña cuestión (de mercado).

Geoingeniería es un término curioso, parece sacado de un cómic de fantasía y ciencia ficción de los años cincuenta pero al parecer, y por lo que nos hacen llegar por distintos medios, forma parte candente de nuestro presente.

Hace referencia a la intervención climática a escala planetaria para resolver los problemas del calentamiento global y la pérdida de la biodiversidad (principalmente). Una idea que debería plantearnos varias cuestiones. Yo me inclino por un enfoque concreto. Me interesa la forma que toma como nuevo objeto de consumo.

¿Es el éxito de estas iniciativas una consecuencia del interés por resolver los problemas ocasionados por nuestro modo de vida en el planeta, o nuestro modo de vida en el planeta la consecuencia del éxito y el interés en estas medidas?

No sabemos cómo, pero un nuevo concepto entra en nuestras casas.

Volvamos por un momento al término. La Geoingeniería tiene algo de fantástico, misterioso y sobretodo trascendente. Tiene gancho. Me evoca a otros mundos del espacio exterior, a la palabra “terraformación”, o la capacidad de hacer habitable cualquier lugar inhóspito con la inteligencia y la pericia de la tecnología humana. Es un reto, sólo tenemos que descifrar el complejo sistema de los elementos y como dioses de nuestro mundo alterar los valores precisos para conformarlo a nuestro gusto, o en su defecto, adaptar el mundo para nuestra supervivencia.

Me pregunto si quien lee esto recuerda cuando escuchó el concepto por primera vez. Yo lo escuché a través del siempre omnipresente multimillonario Bill Gates, últimamente personaje del candelero conspiranoico pero también promotor de una engrasada máquina mediático-divulgativa-propagandística que hace que quién más quién menos siempre esté al tanto de sus planes megalomaníacos para arreglar el mundo. Compite con Elon Musk y sus empresas molonas, que pueden invadir el cielo del planeta sin cuestionamientos porque son la vanguardia de lo tecnológico y lo cool.

La manipulación del clima es uno de esos planes que no dejan a uno indiferente. Por ejemplo, este plan en concreto trataría, a grandes rasgos, de oscurecer la atmósfera de La Tierra temporalmente para evitar que los rayos del sol calentasen el planeta y así hacer disminuir su temperatura. Los detalles se pueden encontrar explicados en distinos artículos (2).

¿Éxito o fracaso? ¡Cállate y toma mi dinero!

No es casual que la divulgación de este término, que ha llegado a oídos de todo hijo de vecino, tenga relación con un empresario, puesto de que lo que se trata en definitiva es de vender soluciones empresariales, no necesariamente hallazgos tecnológicos.

Hace poco veía este documental (1) de la televisión alemana sobre el tema, muy interesante. Explica el concepto de la intervención sobre el clima desde distintos ámbitos tecnológicos, algunos bastante coherentes.

Y una de las intervenciones de un entrevistado me hizo plantearme la idea de la Geoingeniería desde un punto de vista que no se me había ocurrido antes. No desde la posibilidad de la tecnología en sí, ni tampoco desde el debate ético, sino de la posibilidad práctica de implantar estas ideas como productos de un mercado.

Al fin y al cabo, según los hábitos de consumo que tenemos, de cualquier persona ordinaria, tendemos a resolver los problemas con cosas que podemos comprar “al instante”, y si lo elevamos a cualquier administración de una ciudad o de un Estado podemos reproducir la misma lógica.

La solución.

Si la política más común ante un problema es buscar una solución en las estanterías de la tienda más cercana, la posibilidad de la geoingeniería entonces, no se basa en el desarrollo tecnológico, sino en ofrecer soluciones “prácticas e instantáneas” y tangibles a un problema sobrevenido, y cuanto más desesperada sea la situación, más relevancia adquirirá el remedio.

De hecho, ya nos lo venden y nos lo venderán como el recurso más idóneo dada la gravedad de los hechos puesto que ¡situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas! Lo pondrán con un envoltorio tan bueno que será irresistible no comprarlo.

Plantearse el sistema socioeconómico imperante sin embargo, ya no es alternativa, porque se nos acaba el tiempo y no queda otra salida ( me lo ha dicho Gates).

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(1) La geoingeniería contra el cambio climático | DW Documental - vídeo de youtube (enlace)

(2) Bill Gates contra el Sol - Artículo Xataka (enlace)