Vamos a ver en los próximos días, a cuenta de las palabras de Milei, a mucha gente refiriéndose a este, a VOX y demás compañeros como fascistas. Veremos que la palabra fascista vuelve a usarse, desde mi punto de vista, sin demasiado rigor. Creo que ya es hora de desterrar el término fascista, y empezar a hablar de la ideología del odio.
Va a hacer ya varios años que, tras la aparición en el tablero político de VOX, Iglesias, en una rueda de prensa llamó a la alerta antifascista. En aquellos momentos, donde Iglesias todavía contaba con algunas de mis simpatías, me pareció una meada "fuera de tiesto". Hoy, no teniendo el personaje en cuestión ninguna de mis simpatías, le he de reconocer que tenía toda la razón. Eso sí, creo que debería haber dicho, para ser más riguroso, "llamo a la alerta contra la ideología del odio".
Y es que, creo que no puede definirse de otra manera la ideología que representa Milei, Vox, Trump, y tantos ultraderechistas (y gente como Ayuso, también). El neoliberalismo, que es lo que define a esta gente, más allá de otras connotaciones más asociadas a la derecha tradicional, es un tipo de ideología, que, tomando prestado la ocurrencia de un meneante en un comentario esta mañana, "tiene la escala de valores invertida".
Basta con escuchar las declaraciones de estos personajes, o a cualquiera de los que los apoya para darse cuenta de cuanto odio tienen dentro, y sobre todo, lo MÁS SIGNIFICATIVO, odio hacia el débil. No es casualidad que, a la par que defienden el egoísmo supremo, carguen siempre contra los más débiles; pobres (subvencionados), inmigrantes (delincuentes), mujeres (feminazis), animales, etc.
No pretendo, con ello, censurar que se pueda hablar de cómo se gestiona económicamente el estado, la política migratoria, o las políticas feministas, pero es que esta gente no quiere un debate sereno y sensato sobre esto, quiere destruir, quiere la enmienda a la totalidad. Te dicen que los impuestos son un robo, que la justicia social es una aberración, que los menas son delincuentes, que detestar lo que está ocurriendo en Palestina es ser proterrorista de Hamás, que defender cualquier medida que promueva la conservación del medioambiente es ser un "ecologeta".
Llegamos al punto que están cuestionando uno de los pilares fundamentales en los que se sustenta nuestra sociedad, que es la redistribución de la riqueza, y que es la que nos ha llevado a poder prosperar como individuos a la inmensa mayoría y dejar de ser sociedades feudales llenas de caciques que esclavizaban al grueso de la población.
Esta gente carga contra todo lo que implique que represente el bien común, que una sociedad esté más o menos cohesionada, que se proteja a los más débiles (los más débiles eramos el 90 % hasta hace nada) para que puedan prosperar y que haya cualquier vínculo que no vaya más allá de una relación económica. Quieren la ley de la selva, el sálvese quien pueda, la ley del más fuerte.
No es casualidad a quién defienden en lo que está ocurriendo en Palestina. No es casualidad que utilicen la estrategia del bulo de manera constante, no hay reglas, no hay una mínima ética. No es casualidad que siempre, siempre, se posicionen a favor del fuerte y en contra del débil.
Sabemos que hay personas que carecen de empatía, y que incluso disfrutan cuando ven a alguien en posición inferior pasarlo mal.
No sé cómo se puede llegar a frenar esto que está ocurriendo en tantos y tantos países. En España, en concreto, ya he perdido la esperanza de que en el PP alguien se digne a parar esta deriva, y pocas voces quedan, como las de Juan Manuel de Prada, denunciándolo.
Ya no se trata sólo de redes sociales, basta con hablar con alguna persona de carne y hueso que ha caído en esta ideología para ver lo lleno de odios que desgraciadamente están (conspiraciones, racismo, machismo, antiecologismo, etc.).
Me aterra pensar en un mundo donde esta mierda acabe llegando a la mayoría de la sociedad.