Si hablamos idiomas distintos, en el que las palabras significan cosas distintas, es imposible entenderse. En español cada persona tiene una interpretación distinta del significado de la palabra ‘feminismo’ y en algunas ocasiones esas interpretaciones son directamente contradictorias.
Es cierto que concretamente en la RAE en España la definición es: "Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre."
Pero las definiciones en otros paises son más específicas:
- La de la academa de Francia es: "Mouvement revendicatif ayant pour objet la reconnaissance ou l’extension des droits de la femme dans la société." ("Movimiento de protesta dirigido a reconocer o extender los derechos de las mujeres en la sociedad.")
- La inglesa de Oxford por ejemplo es: "The advocacy of women's rights on the basis of the equality of the sexes." ("La defensa de los derechos de las mujeres sobre la base de la igualdad de los sexos").
Yo creo que ambas definiciones son más acertadas que la nuestra. El feminismo (En España, igual que en el resto del mundo) no lucha por la igualdad de derechos, lucha por los derechos de las mujeres bajo la base de una igualdad de derechos entre los sexos.
Ojo, que luchen solo por unos derechos específicos no es malo ni es egoista (más que nada porque también puede haber hombres que luchen por los derechos de las mujeres, y de hecho los hay a patadas), es simplemente concentrar esfuerzo y centrar objetivos. El problema surge cuando dices incluir unos derechos en ese movimiento, y en realidad no lo haces, porque el efecto que se produce al hacer eso es bloquear la defensa de esos derechos e impedir que haya alguien que los defienda desde otro bloque. Un ejemplo claro de esto sería la frase: “El masculinismo no es necesaro porque el feminismo ya lucha por la igualdad de derechos de los hombres”. Si en la práctica el feminismo no se encarga de los derechos de los hombres (y lo cierto es que no lo hace), lo que estás haciendo al defender ese argumento es impedir que haya nadie que se encargue de los derechos de los hombres.
Dentro de ese contexto, el masculinismo lucharía igualmente por los derechos de los hombres dentro de la la base de una igualdad de derechos entre los sexos. Y es un movimiento necesario y, también, totalmente legítimo. Ninguno de los dos tiene que perjudicar o favorecer a un grupo frente a otro, lo que buscarían sería conseguir igualar sus derechos a los del otro. Que yo luche por los derechos de la mujer no quiere decir que luche contra los del hombre, sino que lucho por igualar derechos que perjudican a las mujeres (ignorando los que perjudican a los hombres), y de la misma manera, declararme masculinista no implica que sea un machista en contra de las mujeres, sino que hay una serie de situaciones de desprotección del hombre que hay que analizar y corregir (sin quitar un ápice de los derechos que tienen las mujeres)
Y este problema está a su vez generando otro nuevo problema: si feminismo es igualdad, y el feminismo (en la práctica) sólo defiende los derechos de las mujeres, entonces la igualdad (en la práctica) solo defiende la igualdad para las mujeres. El hecho de que el Ministerio de Igualdad no tenga un solo hombre en su cupula , y que absolutamente todas las medidas que toman, sin excepción, sean para favorecer la situación de las mujeres, creo que es una demostración palpable (e institucional) de que se está desvirtuando terriblemente el concepto de “igualdad”.
Y cuando las palabras pierden su significado empezamos a tener problemas para comunicarnos y, por lo tanto, para entendernos