He estado contigo casi desde los inicios. Cuando eras poco más que el hobby de un loco del Software Libre. Hemos pasado muchas cosas juntos, cuando estuviste en la cresta de la ola y el autor de un post que llegase a portada podía acabar siendo entrevistado en TV. Te he dedicado muchas horas, meneando, comentando, encendiendo fuegos, haciendo bromas; en fin, creando contenido, porque, reconócemelo, sin mi ni el resto de usuarios solo serías un cascarón vacío.
Ese loco del Software Libre que te creó, era también un firme defensor de la libertad de expresión. Y no lo era de boquilla, con sus aciertos y su cagadas, intentaba que fueras un lugar en donde cualquier idea y opinión pudiese ser expresada, incluso las que no le gustaban. Y en donde todo estuviese a la luz: cada voto, cada modificación, cada cosa que se escribía, incluso los comentarios moderados podían leerse a golpe de click.
Hasta que un buen día se dio cuenta que el Ferrari gastaba mucho y decidió venderte.
Para entonces ya me tenías enganchado. Y los nuevos dueños al principio se hicieron los enrollados, pero duró poco. A medida que pasaba el tiempo, iba aumentando el desprecio a los usuarios.
Empezó con los patrocinadores que nos tomaban por tontos, un saludo a José el Finanzas. Luego es verdad que consiguieron unir a la comunidad con el nuevo diseño, cuando por unanimidad lo calificamos como una puta mierdaca, más asquerosa que abandonar a un perro. Mención especial fue lo de insultar a los usuarios llamándolos rancios, sin duda una estrategia ganadora de marketing.
Una de las iniciativas que hacían la diferencia en menéame era el Pregúntame, en la que los usuarios podíamos preguntar a una personalidad e incluso interactuar con ella en comentarios. Ahora no, ahora los usuarios somos el becario que le prepara la entrevista a una mediocre con hambre de notoriedad que la retransmite en twitch.
Ah, el canal de twitch. Con esa insistente ventana emergente para que entremos. Y ni con esas. El chaval más memo de twitch jugando al minecraft tiene más viewers que el canal de menéame. Porque no es suficiente con parasitar una web muy visitada para captar y mantener una buena audiencia en twicth, no; es muy importante tener algo más de carisma que una merluza hervida, no sé si se me entiende.
En fin, daría más ejemplos del maltrato a los usuarios por parte de los actuales dueños de menéame, como la errática y arbitraria gestión de los strikes que ya han denunciado tropecientas veces otros usuarios así que no me extenderé más.
Simplemente te voy a decir, querido menéame, que el maltrato empieza así: con una cosita, luego con otra. Y uno va tragando porque se agarra a los buenos momentos, porque aún hay amor. Pero cuando el maltrato acaba escalando, llega un momento que se hace inaceptable.
Así que nada, te dejo.
Siempre se dice que “todos vuelven”. No será mi caso. Como no lo es el de otros que se han ido sin tantos aspavientos y que se puede notar en la lenta, a la par que incesante, bajada de votos, clicks y comentarios.
Por mi parte esta es la última vez que creo contenido para ti. La última vez que escribo aquí. Satisfecho por dejar como legado el emoticono más simpático de todos y agradecido por los buenos momentos, la buena gente que he conocido aquí y las cosas que he aprendido en comentarios interesantes o reído en notas ingeniosas.
Un abrazo muy fuerte a mis haters, que me echarán de menos; os dejo una última ocasión de ponerme a parir en comentarios.
A mis colegas, que se tomen una birrica bien fresquita a mi salud.
Y recordad, mantened las pizzas alejadas de la piña y todo irá bien, capisci?
No responderé comentarios ni notas, lo siguiente es lo último que escribo aquí y vale como respuesta para todo:
“Y tú más, caracartón”.
Bendisiones.