Perspectivas a corto plazo para el año recién comenzado

Concluido el ejercicio 2021, podemos considerar algunas cuestiones que nos permiten decidir qué estado anímico debemos adoptar ante el futuro más próximo.

Desde la vertiente sanitaria resulta que la marcha de la pandemia de Covid-19 plantea, a fecha de hoy, aspectos contradictorios:

 a) de una parte, la expansión de la infección, tomando como indicador la incidencia acumulada a 14 días sobre 100.000 habitantes, se ha disparado en relación a la situación de hace un año (1.775,27 casos de incidencia acumulada a 30 de Diciembre pasado frente a los 265,45 casos que se contabilizaban a la misma fecha de 2020) pese a las diversas medidas adoptadas como los confinamientos perimetrales, los toques de queda, las prohibiciones de actividades colectivas o las limitaciones de aforos.

b) de otra parte, también con respecto del mismo lapso temporal, la letalidad de la enfermedad, determinada por el cociente entre el número de fallecimientos y el número de afectados, se ha reducido en casi un 50% (pasando del 2,7% el 30 de Diciembre de 2020 al 1,4% el 30 de Diciembre de 2021), aduciéndose la vacunación como causa más probable de esta disminución.

c) otro dato positivo lo constituye el que, el 30 de Diciembre pasado, se reportaron 282 fallecidos con fecha de defunción en los últimos 7 días, mientras que a 30 de Diciembre de 2020 la cifra notificada fue de 646 muertos.

Desde la óptica del crecimiento económico se ha producido un notable aumento del PIB real, que los últimos pronósticos de instituciones relevantes sitúan en un rango del 4,5% al 4,6%, aunque alejado de la previsión gubernamental del 7,2% (sin considerar el impacto de los recursos proporcionados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia) incluida en el Proyecto de Plan Presupuestario de 2021 (PPP), rebajada al 6,5% en la Actualización del Programa de Estabilidad 2021-2024 (APE).

En materia fiscal, en 2021, se cumplirá con el objetivo fijado en la APE de que el déficit de las Administraciones Públicas quedara por debajo del 8,4% del PIB nominal para ese ejercicio; mi estimación es que estará en torno al 7,6% (ampliación en elgorgojorojo.wordpress.com/2022/01/02/deficit-de-las-aapp-al-3o-trime) mejorando, incluso, el dato del 7,7% planteado en el PPP remitido las instituciones europeas en el otoño de 2020.

En cuanto al coste para las arcas del Estado, los gastos asociados al Covid-19 durante los nueve primeros meses de 2021 han ascendido a 22.401 millones, mientras que durante todo el ejercicio 2020 el monto de empleos por esta causa se elevó a 44.907 millones.

Por último, desde una vertiente social cabe reseñar que:

a) según los datos de la EPA del 3º trimestre de 2021, en términos interanuales, los puestos equivalentes a tiempo completo crecían en un ritmo del 6,2% por lo que de mantenerse esta tasa para el ejercicio 2021, teniendo en cuenta que en 2020 los puestos de trabajo citados eran 16,973 millones, el aumento de esta magnitud en el ejercicio terminado superaría el millón de puestos.

b) la afiliación a la Seguridad social durante 2021, al mes Diciembre y tomando el dato de media mensual sin desestacionalizar, se había incrementado en 776.478 personas y el número total de cotizantes superaba el existente en fechas anteriores al del inicio de la pandemia.

Hay otros muchos elementos que pueden influir de manera notable en el corto plazo, como la evolución de los precios o el elevado nivel de deuda pública acumulada.

En resumen, el año arranca con una situación sanitaria nada clara, unas perspectivas económicas –dificultades para el crecimiento del PIB y alarmante evolución de la inflación- preocupantes, una situación fiscal –elevada deuda pública y un insostenible déficit estructural- muy complicada y un mercado laboral en un estado que parece tener poco recorrido de mejora.

Lo expuesto impide que nuestro pobre país pueda encarar con optimismo el futuro más inmediato.