Nicolás Maduro ha vuelto a "ganar" las elecciones en Venezuela, sin embargo, esto es altamente improbable por varios motivos:
1) Venezuela ha experimentado uno de los incrementos más elevados en pobreza extrema en su población subiendo, según Statista, de un 9% de la población en 2010 a un 53,3% en 2022, pasando por un 75,2% en 2018.
2) Venezuela sigue siendo, según Statista, el país de América Latina con una mayor inflación: un 360% en 2023 y un 200% en 2024, frente a una media del resto de países latinoamericanos del 13,8% y del 10,7% en respectivos años.
Pero, si nos remontamos al período comprendido entre 2013 y 2019, Venezuela sufrió la mayor hiperinflación de toda la historia de Latinoamérica. En ese período, la inflación acumulada fue de 5.395.536.286%.
3) El Producto Interior Bruto (PIB) de Venezuela no ha hecho más que caer desde la llegada de Maduro en 2013.
4) Éxodo de población. Venezuela ha sufrido un éxodo de su población increíblemente alto. Según la ONU y la Organización Internacional para Migraciones (OIM) cerca de 8 millones de personas han huido del país desde 2018 a causa del empeoramiento de la situación económica y la falta de seguridad; es decir, que en 5 años ha abandonado el país el 23% de la población.
5) Todas las encuestas (que no fueran manejadas por el Gobierno chavista) dieron por ganador, primero a Machado, y después a González Urrutia tras la inhabilitación de esta, por una amplia ventaja.
6) Voto en el extranjero. Solo el 1% de los aproximadamente 8 millones de venezolanos que residen en el extranjero pudieron votar. Recordemos que Venezuela tiene una población de 28 millones de habitantes, por lo que los venezolanos en el exterior representan alrededor del 28% de la población total.
8) Los resultados oficiales ofrecidos son matemáticamente improbables.
Cada 0,1% de voto son unos 10.000 votos. Por tanto, si asumimos que un "resto" puede caer aleatorio en ±0,1% , la probabilidad de que el candidato A saque un redondo ##,# % sería 1 en 10.000. Y pasa también con el B, así 10.000*10.000. Otra forma de verlo: Cuando encontramos un 51,2%, lo habitual es que sea una cifra redondeada, y que detrás haya un número entre 51,15% y 51,25%, que en este caso son 10.000 alternativas (5.1551.22 y 5.145.063). Pues de esos 10.000, ¡cayó el redondo dos veces! ¡Ojo! Aunque hay mucho tuit diciendo que los porcentajes son redondos, en realidad no: si añadimos un sexto decimal vemos que se desvían. Pero es lo mismo. Es igual de sospechoso caer en un número prácticamente redondo. Se ve fácil. Basta sumar un solo voto donde sea para que se descuadre.
7) Esta es la presidenta del Tribunal Supremo que validará las actas entregadas por el Gobierno:
8) La oposición abre una página web que contiene 24.532 actas escaneadas.
Como se ve en la imagen cada una de las actas incluye mucha información. Además del resultado, se identifica la mesa, se ofrece fecha y hora de cierre, hash de seguridad, nombre y firma de tres miembros de la mesa, dos testigos y el operador del dispositivo.
Ante esto, algunas personas dicen que estamos ante un fraude porque algunas actas no contienen datos del operador de máquina, o datos de testigos, o datos de miembros de la mesa, o están rotas, incompletas o ilegibles, o que han votado fallecidos. Ante esto último, habría que advertir que se trata de un fake total, debido a que las actas no muestran si una persona ha votado o no. Cuando se introduce el DNI en la web lo que sale es el acta perteneciente a esa mesa donde la persona está inscrita. Si ha fallecido, la culpa de no haber actualizado el censo no es de Machado, sino del Estado. Por el otro lado, actas que no tienen firmas, por supuesto que hay algunas, pero es que el propio Régimen se ha encargado de intentar que los testigos no fueran a firmar a base de amenazas, represión y miedo. Pero son pocas y no tienen significación estadística.
Pero supongamos que, debido a que hay algunas pocas actas que no poseen las firmas necesarias, o incluso que pudieran llegar a estar manipuladas a favor de González Urrutia, no diéramos por válida ninguna de las actas de la oposición. En ese caso nos queda el siguiente escenario:
Venezuela, con el Gobierno de Maduro, a pesar de tener a más de la mitad de la población en pobreza extrema, a pesar de haber sufrido la mayor hiperinflación de su historia con una inflación acumulada del 5.395.536.286%, a pesar de haber disminuido su PIB hasta niveles de los años 90, a pesar de que el 28% de la población ha huido del país, a pesar de todas estas circunstancias enormemente adversas, la gente sigue queriendo que el principal artífice de esta catástrofe siga gobernando el país. Pero no solo eso, además, debemos pasar por alto que las encuestas no controladas por el Gobierno diesen por vencedor, con una gran holgura, a González Urrutia, que solamente el 1% de los venezolanos residentes en el extranjero pudieran votar, que los resultados ofrecidos en el primer boletín fuesen matemáticamente imposibles, que la presidenta del tribunal supremo encargada de validar las actas sea militante del PSUV...
¿Resulta creíble este escenario? No es que la oposición sean santos, simplemente es que no necesitan manipular unas elecciones para ganar, simple y llanamente porque la mayoría de venezolanos están hasta el gorro de Maduro. Lo contrario sería pensar que los venezolanos son estúpidos y no se dan cuenta de que cada vez están peor.