Cualquiera que haya participado en grupos más o menos numerosos de personas conoce estas dos realidades: siempre se forman bandos, y casi nadie dice todo lo que piensa en público. Siempre hay gente que habla más alto y otros que callan.
Es un error asumir que porque estos bandos existan, las opiniones dentro de los mismos son uniformes. De hecho, si las opiniones divergen en exceso, cualquiera de los bandos puede reventar sin previo aviso.
A día de hoy, mucha gente que conozco a la que le interesa la política, se encuentra presa de "los del frente", de los que más gritan y más alcance tienen para imponer su voz. De esta manera, parece que todos los que estamos "en el fondo", compartimos la misma opinión, pero no es así.
Cualquiera que quiera promover una economía redistributiva hacia las bases de la población con medidas como la renta básica universal, necesariamente dirige su mirada hacia Podemos. Si consideras que el liberalismo y el capitalismo está destruyendo el mundo, no tienes otra opción. Sin embargo, parece ser que una vez se "compra" a Podemos, vienen otras cosas menos apetecibles dentro del mismo "pack".
Si se compra a Podemos, te tienes que tragar con patatas que el sexo masculino es el origen del mal, y el femenino el del bien.
Si se compra a Podemos, te tienes que comer que todos los inmigrantes son bienvenidos con todos los derechos cuando el país ya tiene un 25% de paro.
Si se compra a Podemos, te tienes que tragar que las minorías desfavorecidas son más importantes que las mayorías también desfavorecidas.
Aunque el motivo principal de la compra, la ideología económica, es muy poderoso, todo el resto de cosas del pack terminan minando el entusiasmo de los del fondo, de los que hablan menos.
Algún día, los del fondo saldrán al frente, y se acabará la corrección política y las tonterías, y se impondrá el sentido común... O quizá tendré que seguir soñando y votando con la nariz tapada.