Antes del aterrizaje, las azafatas nos repartieron las fichas de cartón verde. Todos los aliens tienen que rellenar el cuestionario del US Inmigration Service:
—¿Sufre trastornos mentales? SÍ NO
—¿Transporta drogas o armas? SÍ NO
—¿Es comunista? SÍ NO
—¿Solicita la entrada en Estados Unidos con la intención de dedicarse a actividades criminales o inmorales? SÍ NO
—¿Está involucrado en actividades de espionaje, sabotaje, terrorismo o genocidio? Entre 1933 y 1943, ¿tomó parte en persecuciones llevadas a cabo en nombre de la Alemania nazi o de sus aliados? JA NEIN
—¿Ha solicitado ser exonerado de procesos judiciales a cambio de su testimonio? SÍ NO
El colmo: no han incluido la pregunta «¿Tiene intención de escribir una novela sobre el Once de Septiembre?».
Mi consejo: contestar a todo que no. Algo me dice que un SÍ acarrearía ciertas complicaciones administrativas.
El US Department of Justice podría añadir unas cuantas preguntas:
—¿Es pedófdo? SÍ NO
—¿Forma parte de la familia Bin Laden? SÍ NO
—¿Se masturba regularmente mirando fotos de cadáveres descuartizados? SÍ NO
—¿Fuma cigarrillos? SÍ NO
(si es mujer): ¿Tiene intención de chupársela al presidente de Estados Unidos debajo del escritorio? SÍ NO
Windows on the World. Frederic Beigbeder.