Energúmenos. La estrategia del bebé cabrón: llorar y llorar, por nada, que no sepan por qué lloramos, por qué berreamos, que no haya supernanny para nosotras, que se les destruya la vida, que no sepan qué hacer con nosotros. Llorar y berrear todo el día para joder, porque no estamos a gusto, porque nada nos convence ni nos satisface, reacciones imprevisibles, a destiempo, sembrar el desconcierto, que nos den la teta, el bibe, el sonajero, la polla, y lo rechacemos todo. ¿Pero qué quiere este niño? ¡Nada! …