El 6 de agosto, sábado, un conductor español, vecino de Fuenlabrada y de 29 años, toma la rotonda de Niceto Alcalá Zamora e iba totalmente ebrio. Son las siete de la mañana, cuando un ciclista que circula por el carril bici, ve que se le echa encima un Volkswagen Golf. Se dio a la fuga, pero no a su casa: siguió su plan de la noche, como si no hubiese pasado nada, y aceleró hacia Asturias. Con el parabrisas reventado y el capó semihundido, del gran golpe que dio al ciclista, de 42 años, que quedó grave y abandonado.