Personas que nacieron en ese ya distante mundo sin pantallas, sin móviles, sin ordenadores, sin internet... se ven obligadas a lidiar con unas herramientas y un entorno ajeno a su habitual estilo de vida, y en la mayoría de ocasiones, con escaso acompañamiento por parte de quienes las hacen pasar por el aro. Ese habitual, “señora, ya se lo he explicado. Si no sabe, pregúntele a sus nietos”. Oiga, igual no tengo nietos, ni hijos... Igual soy una persona mayor que vive sola y totalmente autónoma hasta ahora.
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