Una niña acudió con su familia y su terapeuta a una panadería en A Coruña (Galicia). En el trascurso de la merienda la niña se sintió indispuesta, interviniendo de inmediato su terapeuta para calmar el estado de ansiedad que presentaba. Lo que se conoce en cualquier niño como un enfado o una rabieta motivó que la dependienta, conocedora de la diversidad funcional de la menor, les instase a abandonar la tienda pues “le estaban espantando la clientela”. La firma insiste en que la empleada actuó correctamente y que lo demostrará en sede judicial.
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