Hay mucha gente, incluidos los principales medios, que insisten en que la ofensiva ya ha comenzado y que su eje principal es el Sur, para intentar partir en dos el territorio bajo control ruso. En mi modesta opinión, creo que eso no está aún del todo claro, incluso a pesar de los últimos movimientos. Es más, con lo que estamos observando, se podría decir que se consolida, en cierto modo, la opción de un ataque sobre la zona de Donetsk-Gorlovka-Bajmut.
A menudo nos damos cuenta de ciertas cosas, las comentamos, y luego somos nosotros mismos los que no nos las creemos. Por ejemplo, que el objetivo de la OTAN no es ganar la guerra, sino hacer daño material y reputacional a Rusia. Pues amigos, si el objetivo no es la victoria, sino el daño, lo importante no es ganar kilómetros en el Sur, sino generar destrozos en las zonas más pobladas, y eso nos coduce a las grandes zonas urbanas, cuya pérdida generaría al Kremlin más problemas y más dificultades para explicar a los suyos qué está pasando.
No perdamos de vista que se puede partir en dos el corredor Sur, pero luego hay que mantener esa ganancia, resistiendo la presión de ambos lados sobre el pasillo creado hasta el mar. Sin embargo, una vez machacada una ciudad y puesto en fuga a la población, te puedes retirar también y ya has causado el daño.
Si el objetivo es abochornar a Rusia y ponerle a Putin una soga al cuello, aún no es tarde para que la ofensiva principal sea menos al Sur y más al Este. De momento, echando las cuentas por lo que al prensa Occidental dice y las cuentas prorrusas afirman, los ucranianos no han empleado más de un 20% de su fuerza total de contraataque. El grueso, que no se ha empleado aún, bien podría seguir un eje muy distinto al que se espera.
De eso va la sorpresa, se supone.