La simbología de los cérvidos es ancestral. Sus orígenes pueden remontarse a culturas como la sumeria, la celta, y desde luego la importante carga ritual e iniciática de las representaciones pictóricas del arte rupestre. La cultura grecolatina los asocia (en especial al ciervo) con Artemisa o con Diana, protectoras de la naturaleza. Otorgándoles gran fuerza espiritual. Son animales que parecen delicados, bellos, incluso frágiles y sin embargo son ágiles, poderosos y robustos...