Las mujeres que cuidan niños y ancianos, limpian casas, hoteles y oficinas, o que trabajan el campo, corren mayor riesgo de ser víctimas de acoso y abuso sexual, y, si son indocumentadas, tienen el agravante de no denunciar el delito por temor a la deportación. Por ello, bajo amenaza de lluvia, más de un centenar de activistas realizaron una protesta frente al Capitolio y visitaron más de 60 oficinas en el Congreso para “despertar conciencia” sobre un problema que las mantiene “invisibles”.