La principal función de los monumentos y los lugares históricos es que te permiten saber al menos una cosa sobre un lugar en el que nunca has estado. Puede que no hayas visitado Nueva York, pero sabes que allí está la Estatua de la Libertad, dándole la bienvenida a los inmigrantes. Ve a Stonehenge y descubrirás un montón de piedras que los antiguos druidas colocaron ahí por alguna razón. Pero, como ocurre con todo lo que pensamos que conocemos, los aspectos más básicos sobre famosos lugares históricos resulta que son, en su mayor parte, falsos.