Todos sabemos que hay todavía mucho que no gusta de las costumbres ajenas, pero esto me ha parecido bastante reprobable... Un par de chicos se besaron y se vieron increpados por una pandilla de gamberros, que les arrojaron piedras y les persiguieron al grito de "¡maricones, maricones!". De la noticia: "Todo sucedió en cuestión de segundos: el beso, los chicos corriendo, la patada... No dio tiempo a hacer nada", explicaron fuentes del polideportivo. La piscina tiene tres vigilantes, pero ninguno pudo impedir la agresión.
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