-- Algunos hombres duros. -- Pero delimitemos la cosa. La cosa es que la muchacha no podía confesar que era hija suya. Esa es la cosa, eh. Porque inmediatamente ella, al enterarse, pondría la ferretería a nombre del chico. Lógico. Yo también lo haría. Es la vida misma. Esa es la cosa. Si la ferretería llega un día a ponerse a nombre del muchacho..
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