“Se necesita occidental. Mejor si es rubio, de ojos claros y mayor de 30 años. Imprescindible acudir de traje y corbata”. Si encajas en la descripción, en China puedes convertirte en ingeniero, director de empresa o jefe de ventas. Y ello sin haber pasado por la universidad. El truco se encuentra en una práctica frecuente entre las empresas chinas: la de contratar a extranjeros para que acudan a eventos, reuniones y encuentros con clientes.
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