En medio del barrio Latino, Martín Grossi (ex jugador de Alumni y de Newman) puso un restaurante donde los familiares de los jugadores se juntan después de cada partido. Un poco por cábala y otro poco porque la pasan bien, es el lugar elegido por los argentinos. Ahí comparten las largas sobremesas, analizan jugadas y, por supuesto, hacen fuerza para que la ilusión no se apague.
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