Nueva Rumasa tenía una línea de crédito con el Santander de hasta 150 millones de euros que fue alimentada utilizando facturas falsas para descontarlas antes de su vencimiento, hasta que la entidad que preside Emilio Botín lo descubrió y cerró el grifo en 2010. Para obtener liquidez, es muy habitual que las empresas presenten al banco facturas que sus clientes le pagarán a largo plazo, la entidad adelanta los importes y cobra un porcentaje por la financiación.
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