Durante las última semanas venimos hablando de comunicación asertiva, comunicación emocional, etc. Pero hay un concepto que aún no hemos abordado y que reúne valores y características comunicativas muy valiosas para nuestra convivencia, nuestro equilibrio y salud emocional. Nos referimos a la comunicación no violenta.
Piensa en alguna situación en la que estás en una situación de desacuerdo, o en una situación que te genera malestar, estrés o incluso dolor. O incluso cuando la persona con la que estamos está sufriendo. ¿Creemos tener estas situaciones controladas a la hora de actuar bajo nuestras habilidades comunicativas?
Debemos aprender a trabajar y desarrollar nuestras habilidades comunicativas para poder actuar en situaciones complejas o de conflicto. Tenemos que trabajar sobre esos ámbitos de comunicación que nos generan desconexión o incapacidad de comunicarnos de forma efectiva con nuestros interlocutores.
Por eso hoy queremos darte pistas sobre como educar nuestra capacidad comunicativa para estar conectados de la forma más asertiva y comprensiva con los demás. La Comunicación no Violenta es una herramienta que fomenta la cooperación y la armonía para hacer nuestra vida social más amable y llevadera. Para sentirnos mejor con nosotros y con los demás, en definitiva.
Nuestra capacidad comunicativa y expresiva es algo en lo que no se nos educa y para lo que tenemos muchas dificultades. Pensamos que comunicarnos es simplemente hablar, expresar nuestras ideas y poco más. Y es un error. Aunque pensemos que nos expresamos de manera correcta, nuestra forma de comunicarnos genera un montón de malos entendidos, tensiones o conflictos. O incluso la forma de no expresarnos. Marshall Rosenberg, reconocido psicólogo estadounidense, acuño el concepto “Comunicación no Violenta” como una solución o herramienta para hace fluir el entendimiento y la comprensión entre las personas.
Marshall Rosenberg, ha ejercido como mediador, terapeuta y formador y ha compartido sus enseñanzas en más casi 50 países. En sus escritos, Rosenberg profundiza en un proceso de aprendizaje y reflexión basado en cómo nos comunicamos normalmente. Y en cómo podemos hacerlo de forma más efectiva y coherente.
La Comunicación No Violenta (CNV) también se conoce como comunicación empática o comunicación colaborativa. Te explicamos en qué consiste.
¿Por qué necesitamos una Comunicación No Violenta?
Ya sabes que la comunicación es la base de la socialización de las personas en cualquier civilización o cultura. En ella se asientan todas nuestras relaciones. Hemos avanzado como especie gracias a la comunicación y eso nos hace pensar que ya sabemos comunicarnos de forma correcta. Pero no es así.
En la sociedad actual, hemos crecido y sido educados con modelos en los que prima la competitividad, la crítica, el juicio constante o las etiquetas y estereotipos. Todo ello no favorece, para nada el buen rollo y la armonía entre las personas. Gritos, insultos o chismorreos están a la orden del día. Los malos entendidos, las confusiones generan conflicto y mal rollo entre las personas. Incluso la violencia verbal es algo cotidiano en nuestra sociedad.
Además, nos hemos vuelto una sociedad muy ególatra. tenemos el vicio de pensar que siempre tenemos razón. Y, aunque no la tengamos, tratar de imponer nuestros criterios. Imponemos nuestras ideas y creencias. Parece que escuchamos a los demás, pero en realidad solo oímos. Y la atención que prestamos es solo para saber como rebatir o imponer nuestros argumentos. Hablamos incluso con hostilidad, de una forma agresiva. Y eso enturbia las relaciones. Provoca peleas, conflicto. La comunicación se ha convertido en una piedra arrojadiza en muchos casos.
Pero, ¿qué es la comunicación no violenta?
Frente a esta situación tan poco confortable, el citado psicólogo Marshall Rosenberg determinó que la mayoría de los conflictos vienen por no saber comunicar claramente nuestras necesidades. Desde esta premisa, Rosenberg planteó una nueva vía de comunicación basada en un sistema que nos permitiese comunicarnos de una forma más empática y asertiva. De una forma más respetuosa y equilibrada. Es el origen del paradigma Comunicación no Violenta. Una nueva forma de relacionarnos de una manera más positiva y constructiva.
Mediante la Comunicación no Violenta podemos crear un canal de intercambio de información que nos permite solucionar los diferentes conflictos o problemas que pueden surgir en cualquier ámbito social. Siempre desde el respeto y la empatía.
La CNV permite expresarnos y escuchar desde la comprensión y la asertividad. Nos permite, en definitiva, conectar con los demás pero también con nosotros mismos. Se generan sentimientos positivos hacia los demás: comprensión, respeto o cooperación.
“Cuando nuestra comunicación permite dar y recibir de una manera compasiva, la felicidad reemplaza a la violencia y el sufrimiento”.
Marshall Rosenberg
¿Cómo llevar a cabo la Comunicación no Violenta?
Su propio creador, Marshall Rosenberg, establece cuatro pautas clave para posibilitar este tipo de comunicación. Se trata de cuatro pasos que nos permiten ordenar lo que necesitamos expresar a nuestro interlocutor. Este sistema permite tener en cuenta las emociones que pueden intervenir en la emisión y recepción del mensaje.
- Observar sin juzgar. Comunicarnos desde la no violencia supone eliminar los habituales juicios de valor y etiquetas que solemos poner a todo y a todos. Supone una comunicación basada en la observación sin caer en los prejuicios o generalizaciones que estamos acostumbrados a llevar a cabo. Evitar caer en simplicidades y elementos destructivos en nuestros procesos comunicativos y tratar de generar comunicaciones constructivas y respetuosas con los demás. Debemos observar e identificar nuestras sensaciones y emociones. Y expresar nuestros sentimientos en ese momento. Para ello, es fundamental la empatía tanto en nosotros como en la persona que nos escucha.
- Expresar sentimientos y emociones. Vivimos en una sociedad en la que parece prohibido expresa cómo nos sentimos por un síntoma de debilidad. Sin embargo, expresar cómo nos sentimos ayuda en las relaciones con los demás. Es una forma de mostrarnos tal como somos y que nos conozcan mejor. Y no, esto no significa debilidad.
- También es importante expresar qué es lo que necesitamos para sentirnos bien y que nuestro interlocutor lo tenga en cuenta de cara al futuro, en próximas situaciones similares.
- Comprender las necesidades que esconden nuestros sentimientos. La asertividad consiste en ponerse en lugar del otro tomado en cuenta sus emociones. Pero debemos tener en cuenta que, finalmente, los responsables de nuestras emociones somo nosotros mismos. Las emociones nos las generamos nosotros mismos y somos responsables de ellas. Si permitimos que los demás influyan en nuestro estado de ánimo seremos especialmente vulnerables y cediendo un poder a los demás sobre nosotros.
- En cualquier caso, es aconsejable poder avanzar en transmitir nuestras emociones para lograr la mayor asertividad de cara al futuro, para que cualquier relación fluya en armonía.
- Utilizar un lenguaje positivo. El uso de una comunicación positiva y optimista incide directamente sobre nuestro bienestar. Tenemos que ser cuidadosos en nuestra forma de expresarnos hacia los demás. Pero también hacia ti mismo. De esta forma generamos confianza, cooperación y bienestar social y rebajamos las situaciones tensas, malentendidos o conflictos. La pausa, la calma y la tranquilidad en nuestra forma de expresión mejoran las relaciones sociales.
“El 10% de la vida está relacionado con lo que te pasa, y el 90% restante se relaciona con la forma en cómo reaccionas”
Stephen Covey
La moraleja del “chacal y la jirafa
Nuestro protagonista de hoy, el psicólogo Rosenberg hizo una analogía muy instructiva sobre como funcionamos las personas cuando nos comunicamos. Para ello, echó mano de dos animales y los uso para explicar la Comunicación no Violenta. De hecho, según cuentan, empleaba títeres de ambos animales en sus clases y charlas.
Cada uno de nosotros puede ser jirafa o chacal, según se comunique.
Por ejemplo, las personas chacal suelen ser muy abundantes en los tiempos que corren. Son aquellas personas en cuya comunicación se denota pautas de actuación (y expresión) basadas en la exigencia, el egoísmo, la dominación, la crítica, la competencia, y los maniqueísmos como bueno o malo, recompensa o castigo. Buscan la crítica mediante sus palabras y se centran en la crítica destructiva sobre la constructiva. De esta manera impiden que fluya una comunicación positiva y productiva.
Sin embargo, también existen personas “jirafa”. Es ese tipo de persona que emplea la capacidad expresiva para construir, cooperar y armonizar las relaciones. Se basan en la objetividad y la observación. Este tipo de comunicador trata de ser pragmático y asertivo. Tiene en cuenta las emociones de las personas con las que habla. Su comunicación se basa en la empatía y los resultados son mucho más positivos que los del chacal.
Beneficios de la Comunicación No Violenta
La Comunicación no Violenta es el estado ideal, o al menos el más positivo para fortalecer las relaciones sociales. Y me atrevería a decir que, mientras la sociedad no se rija mayoritariamente por sus valores, la sociedad siempre estará inmersa en conflictos, rivalidades y guerras.
Por el contrario, si somos capaces de crear una comunicación pedagógica, basada en la No Violencia podemos fomentar sanas relaciones, desde las más personales a las más colectivas. Podremos entender la realidad de los demás, sus necesidades y deseos, así como serán comprendidos los nuestros por los demás. Y esto, sin duda, repercutirá en nuestro bienestar, tanto individual como global.
Tanta es la magnitud de esta responsabilidad que debemos adquirir que existe incluso una institución al respecto. Se trata del Instituto de la Comunicación No Violenta. Según este organismo, la CNV aporta claros beneficios generales a quien basa su comunicación en sus valores. Entre las ventajas que detalla este Instituto encontramos:
a) La creación de relaciones personales más sanas que se basan en la cooperación, la empatía y el respeto.
b) La Comunicación no Violenta nos dota de herramientas para conocer como resolver conflictos personales y colectivos.
c) Nos permite abordar nuestro desarrollo personal para conocernos mejor. Y poder superar así ciertos bloqueos o experiencias traumáticas del pasado.
d) Desarrollar resilencia y aceptar el no como respuesta, tanto propia, como de los demás.
e) Autoconocimiento y capacidad para enfrentarnos a nuestras emociones de una forma madura. Nos referimos a sentimientos como la vergüenza, la culpa o el miedo.
f) Aprender a escuchar y comprender la realidad, ideas y puntos de vista de los demás. Nos permite ser más comprensivos.
g) Evitar malos pensamientos que se traducen en una comunicación toxica, improductiva y destructiva.
h) Descubrir e identificar las necesidades de los demás desde una comunicación más emocional y asertiva.
Vale y ahora, ¿cómo uso la Comunicación no Violenta?
Lo primero que necesitamos es voluntad. Ser conscientes del beneficio que nos genera este nuevo paradigma de la comunicación. Para ello deberemos cambiar ciertas pautas o rutinas en nuestra forma de expresarnos.
Una vez seamos conscientes que estamos dispuesto a ello, podemos aplicar la Comunicación No Violenta en todos los ámbitos de nuestra vida. En nuestro trabajo, con nuestros amigos, familia, pareja, hijos. En pequeños ámbitos o ante grandes auditorios. Cualquier momento y lugar es adecuado para mejorar nuestra capacidad comunicativa. Pero existen una serie de pasos que podemos empezar a aplicar desde hoy mismo:
1. En ese proceso de conocimiento personal propio es básico conectar con uno mismo. Es fundamental establecer una comunicación basada en relaciones saludables con los demás. Pero para ello es necesario primero tengamos esa relación con nosotros mismos. Y así luego podamos aplicarlo a los demás. Para ello debemos potenciar los espacios de autoconocimiento e introspección. Ser respetuosos y aceptarnos a nosotros mismos, con nuestros defectos. Sin autoexigencias o sentimientos de culpabilidad. Así luego podremos serlo con los demás.
2. Conexión interpersonal. Una vez hemos accedido a una comprensión de nuestro ssitema de creencias y emociones estamos preparados para conectar con las personas de nuestro entorno. Es vital entender la realidad, las creencias y experiencias vitales de los demás. Así alcanzaremos una mejor comprensión de sus expectativas necesidades y anhelos. De esta manera forjamos una comunicación más cooperativa y menos violenta.
“Debemos entender que lar realidad de cada uno es distinta. Es una cuestión de perspectiva”
3. Comunicación basada en el respeto y la empatía. Finalmente, debemos hacer una asociación entre el yo y los demás. La sinceridad, el respeto y la asertividad deben primar en el proceso comunicativo. De tal forma que sea equilibrado y armonioso entre las partes que forman parte del proceso comunicativo..
La Comunicación no Violenta mejora nuestras relaciones y nuestro mundoLa Comunicación No Violenta implica abrir nuestras emociones y necesidades a los demás, y que los demás hagan lo mismo con nosotros. De esta manera la comunicación fluye y las relaciones y nuestro entorno social mejora considerablemente.
Es importante que seamos capaces de expresar nuestra realidad y hacerla comprensible para que la otra persona entienda el origen de nuestra reacción. Debemos tener en cuenta que hay tantas realidades como personas y que no, necesariamente compartiremos la misma percepción de la realidad.
En palabras de Rosenberg…
“Cuando nuestra comunicación permite dar y recibir de una manera compasiva, la felicidad reemplaza a la violencia y el sufrimiento”.