Se trata de un auténtico Bugatti Veyron valorado en más de un millón de euros, que por desgracia ha acabado con el agua hasta el cuello en Texas (EEUU). Para empezar, el propietario del superdeportivo más rápido del mundo iba hablando por teléfono móvil y un pelícano en vuelo rasante irrumpió ante él. Asustado y con las facultades disminuidas por estar atento a la conversación, el conductor pegó un fuerte volantazo y una de las ruedas pisó barro, causando la total pérdida de control del coche y un trompo que terminó de manera anfibia.
|
etiquetas: bugatti , veyron , accidente , agua