Aidan Dwyer, estudiante de séptimo curso, ganó el Concurso para Jóvenes Naturalistas organizado por el Museo Americano de Historia Natural. El chaval notó que las hojas de los árboles siguen un patrón curioso, organizándose según la llamada secuencia de Fibonacci. A continuación, se preguntó por qué ocurría tan curioso fenómeno. ¿Acaso esa disposición optimizaba la cantidad de luz solar que captaban los árboles? Aidan construyó un “árbol” de prueba, con tubos de PVC, y pequeños paneles solares haciendo el papel de hojas.
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