Son fáciles de producir pero difíciles de usar, ya que su efectividad está limitada por el tiempo de fabricación y pureza, la forma de dispersión e incluso factores atmosféricos como la dirección del viento. Otro aspecto significativo es que ponen en peligro a sus propios usuarios. Pueden matar de manera rápida, en cuestión de minutos u horas, y a veces con dosis mínimas (en ocasiones puede bastar una sola gota del compuesto)
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