Este hecho de peculiar nombre ha sido uno de los puntos de inflexión más relevantes de la historia en lo que a cambio social se refiere. Fue lo que en España se llamaron las desamortizaciones con una singularidad, la disolución de los monasterios fue la primera conocida y permitió a la sociedad inglesa un avance social y económico gigantesco que dio pie al desarrollo de las instituciones públicas y a la creación, por entonces en Europa poco habitual, de una clase social que era propietaria de sus propias tierras.