Me gustan, por su sensibilidad, los artículos de Blanca Álvarez: "El tormento, el personal vaya, no agradaba ni a griegos ni romanos. A los emperadores y mandarines, tampoco. Otra cosa era presenciar el dolor ajeno, infligirlo y aún encontrar en ello morboso placer. El cristianismo elevó el dolor, el sacrificio y los tormentos físicos a categoría de santidad. No crean que se nos ha pasado el gusto."
|
etiquetas: semana santa , islam