Sentados en el interior de la galería 3 del antiguo socavón de la mina Siglo XX en Llallagua (Bolivia), Miguel, Carlos, David y su hermano descansan tras tres horas de duro trabajo. Hoy al igual que ayer no han podido acudir a la escuela, la necesidad de llevar algo de dinero al hogar ha sido una vez más la razón para volver a entrar a la mina. La pobreza y la falta de perspectivas futuras son las principales causas que condenan a cerca de 300.000 menores a trabajar en las canteras y minas de Iberoamérica.
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