Siempre es lo mismo. Ese maldito semáforo se pone en verde antes de que me de tiempo a cruzar el asfalto. ¿Cuánto tarda? ¿un minuto, medio minuto?. La ciudad, esta enorme urbe de cacas de perro y escupitajos por las aceras no está hecha para endebles viejos como yo. Esta jaula infame, desprovista de humanidad y repleta de barreras estandarizadas hacen de una aventura extrema que jubilados, discapacitados o simplemente personas
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