Durante la Guerra fría, más de 500 personas han muerto intentando cruzar el Muro de Berlín. Peter Strelzyk, judío asediado en la RDA, decide que es el momento de huir con toda su familia. Con sábanas, cortinas, harapos y 2 años de trabajos previos construye un gigantesco aerostato con el que protagonizó una de las más audaces fugas sobre el Telón de Acero. Su vuelo nocturno se convirtió en un símbolo para millones de alemanes de ambos lados de la infame barrera. Esta es la crónica.
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