La semana pasada desayuné con un polémico artículo de Enrique Dans titulado “El Programador Perdido”, en el que lamentaba la falta de buenos programadores en España. Programadores con cabeza y riñones suficientes para sacar adelante un proyecto ganador en una industria global y competitiva como Internet. Pero esa presunción –como las comparaciones con la supuesta calificación y estatus de los programadores extranjeros- es errónea y estereotipada. Relacionada:
www.meneame.net/story/programador-perdido