Cuando te encuentras en plena discusión o en un "intercambio de opiniones" y la conversación no da para más, sino que ha llegado al límite y no hay más justificaciones para brindarle al adversario, las peores contestaciones que pueden darme son las siguientes: -Sí, sí, sí. Tenés razón- No hay nada que me haga poner de peor humor que esto. Es inevitable que todos los circuitos me exploten con esta frase tan breve... (Continuar leyendo en el post)
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