Un episodio nacional acaecido en Mallorca. Este esperpento sin espejos ni callejón ni gato. Desde 1933 dos acomodadas familias mallorquinas luchan por demostrar que son propietarias del auténtico piano que usó Federico Chopin durante su estancia en Valldemosa en el invierno de 1838. Esta dura pugna acaba de ser resuelta por un juez, Mateo Ramón Homar, poco dado a las ficciones.
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