Un hombre iraquí justifica el asesinato de su hija, que mantenía una relación en Basora con un soldado británico. La policía no le ha detenido. Abdel-Qader Ali, sólo se arrepiente de una cosa: de no de haber matado a su hija el mismo día en que nació. "Si hubiera sabido en lo que iba a convertirse, la hubiera asesinado en el mismo instante que su madre dio a luz", explica el padre sin ningún atisbo de arrepentimiento a The Observer. El delito de su hija no tenía perdón: se había enamorado de un soldado británico en Basora.
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