La niñez de Edgar Feuchtwanger en un próspero suburbio de Múnich continuó casi igual después de que Adolfo Hitler se mudó a su cuadra, hasta la noche del 9 de noviembre de 1938, cuando comenzó la campaña contra los judíos alemanes."Hitler venía a Múnich los fines de semana. Sabía que estaba en casa por los autos estacionados afuera", expresa Feuchtwanger. Su llegada era anunciada por el chirrido de los neumáticos de una caravana de tres autos y "un pelotón de guardaespaldas".
|
etiquetas: hitler , guerra mundial , judíos , nazismo , vecinos , múnich , feuchtwanger