Hace 20 años, el Doctor Cres Eastman se fue de vacaciones a las aldeas remotas de la meseta Tibetana. El placer duró lo que su instinto científico en descubrir la gran cantidad de problemas mentales que observaba en la población. El cretinismo y los males cerebrales superaban la media. Descubrió que, debido a la altura, el yodo era filtrado por la tierra provocando carencias destructivas. Esta es la historia de la cruzada ejemplar de un médico que ha salvado a un millón de niños de los trastornos mentales derivados del déficit de yodo.
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