No recuerdo nada de mi madre, no recuerdo cómo era, su cara o su voz, sólo recuerdo el día de su cumpleaños, y puede que ni siquiera eso sea real. De ésta forma comienza su relato una mujer ya de avanzada edad que siendo muy pequeña vió como la guerra ponía fin a su libertad, a su infancia, a su familia, sólo por el hecho de estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Así son los horrores de la guerra. Así es Majdanek.
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