La huelga de los funcionarios fue un fracaso. Es la conclusión que nos sale al paso si nos ponemos en el lugar de los convocantes a la hora de hacer el balance de la jornada. Por tanto podemos decir que los sindicatos pincharon. No hace falta entrar en cifras, cuya disparidad es tan ostensible, según las fuentes, que se desacreditan por sí mismas. Sería de todo punto imposible cocinar
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