Los hombres desde el momento de la fecundación tenemos una huella genética imborrable. Ese sello que nos hace ser distintos a los demás ya esta en los primeros segundos de vida humana. Esta huella material, que no es discutible son los llamados minisatélites (LTR). Estos son loci polimórficos presentes en el DNA nuclear que consisten de repeticiones de motivos de 20 a 25 nucleótidos que se ubican uno tras otro.
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