Una carreta del mar sobrecargada con 600 prófugos, la mayoría somalíes, naufragó poco después de abandonar las costas de Trípoli y fuentes de las Naciones Unidas dijeron que “se temen decenas de muertos”. La barcaza era tan precaria para navegar y los “coyotes” que cobran a los pobres desgraciados que huyen de la guerra en Libia y no pueden regresar a su propio país, también en guerra, la llenaron de tanta gente que embarcó y se hundió apenas salió a mar abierto. Un número no precisado de náufragos pudo haber regresar a nado a la tierra firme.