Insultos a los españoles pagados por la Junta de Castilla y León

Existe un proyecto de la Junta de Castilla y León que envía a "profesores" de español a embajadas a dar charlas a profesores. Algunas son realmente positivas, aunque se agradecería que seleccionaran a personas con una formación académica más alta que la de los profesores a los que se supone que van a explicarles algo.

En una de las charlas, un hombre pasó unos 45 minutos pretendiendo explicarnos la cultura española y presentando materiales didácticos para que los profesores de español los usáramos en las aulas. En esos materiales se recogían todos los peores tópicos sobre España y los españoles: 

Que somos ruidosos.

Que nuestra hostelería es sucia.

Que cuando decimos “Ahora hago esto”, no lo vamos a hacer nunca.

Que somos impuntuales.

Que no decimos las cosas directamente.

Que nos pasamos la vida en los bares.

Que decimos “no” cuando queremos decir “sí”.

Que los hombres se pasan los días diciéndole piropos a las mujeres, y eso nos encanta.

Que vamos liándola y dando el espectáculo en todas partes.

Que no sabemos hacer cola.

Etc.

Todo esto regado con comentarios del tipo “Es que tú ya estás europeizado” si no te reconocías, o que un mexicano no es un hispanohablante nativo.

Como monólogo humorístico en un bar podría hasta tener su gracia, con unas copas encima, siempre y cuando no hayas sido inmigrante, supongo. Para los que lo hemos sido, esas palabras nos resultan demasiado familiares en otros contextos: en la cola del paro, en entrevistas de trabajo, en reuniones con compañeros de varios países, etc. Yo escuché un monólogo parecido dentro de una explicación de un director de recursos humanos de una gran empresa noruega para justificar por qué directamente tiraba a la papelera todos los currículos que llegaban con nombres y apellidos hispanos. 

Aunque durante un rato pensé que tal vez no sería para tanto, después me embargó el terror cuando me di cuenta de que muchos de los que estaban allí eran profesores de español de nacionalidad noruega o hispanoamericana, y a los que les parecía muy divertido pintar a los españoles como a monos ante sus alumnos; además, sería normal que muchos profesores españoles pensaran que tal vez deberían incluirlo en su clase ya que es la embajada de España la que recomienda ese contenido y esos materiales. Por suerte, los profesores universitarios estaban tan horrorizados como yo, así que no creo que lo usen. 

Este hombre da su charla a grupos de unos 50 profesores, de los que tal vez 30 la repitan a sus alumnos, y cada uno de esos profesores tiene unos 100 alumnos al año, durante una vida laboral de unos 35 años. 750 000 europeos en cada uno de los países en los que esas charlas se llevan a cabo. Unos 2.250.000 extranjeros convencidos de que los españoles somos un ejército de monos, y todo pagado con dinero de la Junta de Castilla y León.

De parte de todos los inmigrantes que hemos tenido que irnos a dejarnos el pellejo convenciendo a los europeos de que somos tan responsables, civilizados, inteligentes, educados y profesionales como cualquiera, gratis, querría pedirles que ya que no nos van a ayudar, al menos no nos pongan la zancadilla a costa de los impuestos de todos.