Además de proteger al pescado, este producto cuida del medio ambiente de dos formas distintas. La primera, porque permite dejar de usar componentes plásticos en el envoltorio. Pero también aprovecha de forma inocua un residuo de la industria quesera, que antes del procesado es muy contaminante y que les da muchos problemas de eliminación a las empresas del sector. A la hora de cocinar el pescado no hace falta desenvolverlo, pues se integra en el propio alimento y constituye un importante aporte nutricional de proteínas.
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