En Nikujin, manejas un pequeño Ninja que a golpe de sable va haciendo saltar chorros de sangre. Cuesta hacerse con el control, pero una vez dominado es muy adictivo ir subiendo por las paredes corriendo y rebotando, engancharse a los techos y hacer combos sangrientos a los enemigos. Ideal para perder tiempo en el curro. Mirad el video que aparece al fondo de la página para unos cuantos trucos sobre cómo controlarlo.
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