Buscaba sexo por internet y lo encontré, el mejor del que haya disfrutado en vida. Pero aquella desconocida de la que sólo me dejaba conocer su nick y su nombre de pila, era algo más que una extraordinaria amante. Una tarde supe que me estaba citando secretamente con una espía. La seguí a este lugar del mundo donde vivimos anónimamente. Tal vez nunca la encuentren... o sí. En todo caso qué más da. Habrá valido la pena. Esta es la historia.
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