La pila del futuro tiene las semblanzas de un papel de color negro, está formada por un 90% de celulosa y por el otro 10% de nanotubos de carbono que funcionan como eléctrodos. Es superligera, se puede plegar, recargar y puede funcionar a temperaturas extremas de entre menos 40 y más 160 grados centígrados. Así lo creen los científicos del Instituto Politécnico Rensselaer en Nueva York, que han publicado su trabajo en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
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