Durante un diálogo con el presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, éste no cesa de servirse de la muletilla "si Dios quiere", a lo que Sarkozy responde: "Así pues, yo debo mi futuro a los electores y usted a Dios". De Ségolène Royal afirma: "En Francia no está claro que ser una nulidad sea un inconveniente". Habla de los embajadores franceses en Moscú y Beirut tratando al primero de "cretino" y al segundo de "célebre estúpido". En cambio, todo son elogios para "Zapatero y Rubalcaba, Blair y Prodi, que no son de izquierdas".
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