El espectáculo es gratuito. Sólo se requiere ropa de abrigo -las temperaturas serán bajas-, un lugar oscuro y despejado, alejado de las luces de las ciudades, y un poco de paciencia. No hay que hacer mucho. Tan solo tumbarse en el suelo o recostarse sobre alguna hamaca, es lo más aconsejable, y mirar hacia el cielo para contemplar las Leónidas, una famosa lluvia de meteoros comparable por su vistosidad a las Perseidas de agosto.
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